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23 de junio de 2010

Capitulo V (parte-II-)

Alien... I Need U Love; Capítulo 05: 
Peligro -Parte II-




Era una chica malcriada que abrió la puerta a un desconocido y que ahora estaba atemorizada, me sentía como una pequeña oruga en peligro de un adolescente estúpido a punto de lastimarla. Mis temblores eran tales que mi vista de volvía borrosa, y dolía mi cabeza y ojos, mientras que mis lagrimas hacían surcos en mis mejillas.



Estaba perdida.



Aquel que me acechaba estaba cerca de mí, viéndome fijamente a los ojos: con una mirada que hacia que sintiese indefensa. Levantó su brazo, su traje brilló junto a la luna, y dejó divisar entre su piel, varios anillos entrelazados en sus dedos azulados…. Deslizó lentamente su mano en mi mejilla… Su fría piel era como el granito del suelo, que me transmitía un frío insoportable al tocarlo, acompañado con una sensación de repulsión e incomodidad. Mi piel se erizó, el solo pronunció:



-No se que ve en una chiquilla humana como tú- su aliento era fuerte, tenía la sensación de que olía a sangre, y que provenía de su inhumana respiración. No entendí aquellas palabras, no entendí a quien se refirió.



Mi cuerpo despreciaba con sumo horror el tacto de su desagradable piel contra la mía, mis ojos deseaban cerrarse para nunca volver a ver aquellos ojos que parecían ser llamas furiosas que me quemarían, pero algo me decía que si los cerraba, me atacaría, que el final vendría mucho mas rápido, acarició un mechón de mi cabello, y volvió a reir

-nos divertiremos- añadió, pero… Todo fue tan rápido como siempre, apenas percibí como a mi nariz llegaba un olor a jazmín, algo me impulsaba con delicadeza y rapidez combinadas hacia atrás y la línea de unión de aquella desagradable mirada con la mía desapareció. Parpadeé perpleja.



-¡Michael!- exclamé al notar que se trataba de mi salvador particular. No recibí respuesta, sólo se encontraba firme al frente de mí. Indicándome con su brazo izquierdo extendido hacia atrás que debía separarme y con su otro brazo dándole un ademán de distancia también a aquel horrible ser.



Parecía que yo era la presa, y que un leopardo peleaba contra una pantera por dicho alimento. Oía sus horribles gruñidos, que hacían eco en la tenebrosa y fría atmosfera, mientras el dióxido de carbono que yo exhalaba se volvía oxigeno con las hojas de los árboles.



No me fue necesario mirarle al rostro para percibir su furia, era como si emanaba gigantescas cantidades de adrenalina de los poros de su piel, aunque estuviese un poco mas tranquila al verle allí algo dentro de mí me decía que había algo mal. Podía oír los latidos apresurados de mi corazón como si estuviesen en mis oídos

-¿estas asustada?- rió lentamente aquella voz, mi cuerpo volvió a temblar. Aunque estuviese el como escudo mi terror aumentaba sólo al recordar que ese estaba ahí presente.



¿Quién rayos era?



Cerré mis ojos con fuerza, me tomé la cabeza con ambas manos

-¡Ya basta!- lloré, no pude evitar inundarme en lagrimas, y temblar como desquiciada, tenía muchísimo miedo. Un fuerte golpe me lanzó contra el sueño, mareada y confundida abrí un ojo, intentando localizar a Michael. Pude ver que peleaba, un puño golpeó a aquel ser, dio uno mas que quedó al aire, al notarlo intentó hacerse para atrás, vi como levito con rapidez ¿Estaba acaso alucinando?.



No, Michael se incorporó y se puso en posición de pelea, su mirada estaba furiosa, no dejaba de ser una mirada dulce y tímida, pero eso era lo que mas me impresionaba. Se que me contradigo a mí misma al decir esto… pero es difícil de explicar, aquellos ojos no se pueden explicar con palabras… Solo habría que alegar que yo pensaba en con sus ojos mientras quizás estaba al borde de la muerte.



Toqué nuevamente fondo, quizás por ser tan despistada estábamos ante aquella pavorosa realidad. Todo me daba vueltas aun, mientras gruñía, el sujeto de piel azulada se fue sobre Michael, fue cuando noté que su brazo pálido estaba manchado de rojo escarlata, un nudo se formó en mi garganta, estaba herido.



Apretó el cuello de Michael, lo levantó del suelo sin mucho esfuerzo, mientras en intentaba librarse desesperadamente con sus brazos.

-E-E-velyn…co-co-rre- exhaló con gran dificultad, abrí los ojos mas de lo normal, con un esfuerzo casi nulo me levanté del suelo, di dos pasos hacia atrás… Pero me era imposible siquiera razonar, creo que aun lloraba, mientras mi cuerpo temblaba. Me sentí como una traidora, todo era por mi culpa, el estaba en esa situación por mí.



Deliraba ahí parada, no podía huir. 

-esta bien niña… te puedes ir- me miró aquel ser nuevamente a los ojos –cumpliste tu prometido… ahora porfin me desharé de él-. Volvió a mirar a Michael, una cubeta de agua fría me empapó. Era la triste y mediocre realidad: me habían utilizado y por mi terquedad aquel estaba en peligro, sentí rasgado mi corazón, el oxigeno se terminó.



Sentí que todo se me alejaba, no podía escuchar, me encontraba como en shock. Ya no oía gruñidos, ni sentía frío, no olía aquel endemoniante olor a jazmín… El movió su brazo y una extraña luz plateada con destellos dorados se fue contra el gran sujeto, provenía de su pálida mano, el ser gruñó, pero aun así seguía con su acción. Noté que quería extender su brazo para alcanzar… ¿la rama de un árbol?



Era puntiaguda, peligrosa ya que su fina punta podía herir a cualquiera. Creí entender. Volví a voltear hacia el extraño ser, volví a contemplar sus colmillos.


-¡Eve-lyn….co-correee!- gritó nuevamente Michael, y lo hice, corrí… Pero hacia la gran rama, con fuerza intenté arrancarla, mis manos se lastimaban, pero necesitaba intentar sacarla de ahí. Finalmente cedió y me incorporé con velocidad, corrí hasta donde estaba Michael y me abalanceé sobre el de piel azulada. 



Volví a sentir un golpe, Michael me quitó la rama y lo atacó justo en la parte izquierda del pecho, me tomó con firmeza del brazo y me lanzó en su espalda, volvimos a volar hacia su mansión.



Fue rápido, estaba embrollada, era demasiada información en poco tiempo. Llegamos al balcón en cuanto me incorporé me lanzó nuevamente hacia atrás, dejándome contra la pared

-¿¡Me puedes explicar que hacías caminando sola en el bosque!?- gritó enojado, pero aun conservaba el respeto que me tenía. No sabía que responder

-¡Estabas en peligro!... Me haz decepcionado, creí que entendías que no debías andar por ahí sola- añadió, me apretó con ‘suavidad’ hacia atrás. Sus brazos estaban apoyados en mis hombros, estaba encarcelada bajo su mirada oscura.



Bajé mi vista

-¡Mírame!- insistía, yo aun no podía verle a los ojos, no sabía que manifestar.


-Evelyn… mírame- me dijo, pero con tono mas sosegado –mírame cuando te hablo- completó casi en una súplica. 


-lo siento- solté, y rompí en llanto 


-¡No llores!... o me enojaré contigo- dijo, limpió la lagrima de mi mejilla, haciendo que mis ojos buscasen a los suyos casi por instinto, como si fuesen un par de imanes. 

-lo siento.- repetí, y sonrió medianamente

-no puedo siquiera idear que nada te suceda, me exaspera el solo pensar que estabas al borde de la muerte- ¿a que se refiere?... el que estuvo casi al borde de la misma fue él, y por mi maldita culpa. Parecía estar leyendo mis pensamientos, pues negó con la cabeza


-eres terca, pero esa no es la razón- masculló. Yo solo quedé impresionada. Y fue cuando lo distinguí, estaba a escasos centímetros de mi rostro, su respiración rozaba contra la mía, haciéndome sentir con mas intensidad aquel olor que comenzaba a volverme loca. 



Me puse nerviosa, no puedo negarlo.



Era como una especie de éxtasis, sus ojos me miraban con un ‘brillo especial’. De por sí ellos ya brillaban de mirada especial, pero yo podía sentir que ese brillo era sólo para mí. Sus dedos se deslizaban sobre mi mejilla, jugando con mi piel. Prosiguió su camino hasta que rozó tácitamente mis labios. Una onda eléctrica atacó mi medula espinal, mi corazón brinco de su puesto, los nervios me consumieron


-no vuelvas a hacer eso, ¿ok?- musitó, y besó mi mejilla, muy cerca de mis labios. 



Después de semejante acción, percibí como cerraba un ojo, y gemía de dolor, calló de rodillas librándome de aquella cárcel que me comenzaba a gustar, fue cuando recordé

-Michael… ¡Estas herido!- exclamé.




"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar" 

Capitulo V

Alien... I Need U Love; Capítulo 05: 
Peligro -Parte I-



Ya comenzaba a llevarme cada vez mejor con él, iba por las tardes, justo cuando atardecía y volvía a horas avanzadas por las noches. Al principio me sentí culpable, me daba vergüenza huir de esa manera junto a él, pero el mismo me abrió los ojos: no tenía nada de malo. 



Me enseñó poco a poco un hermoso mundo, solitario, melancólico, pero celestial y adictivo, sin embargo conforme pasó el tiempo tenía mas enigmas que resolver… enigmas como…¿de donde salió?. Nunca me habló de su pasado, ni su presente, sólo se limitaba a ver el horizonte y contarme impresionante historias, o se quedaba en silencio mientras leíamos sentados en su sofá.



Una tarde recuerdo que me recitó un poema, que voz tan angelical la que oí, era como si escuchase el silbido que apenas percibe de la brisa fría en cuando llueve:



“Mientras me hablabas y yo te miraba,

se detuvo el tiempo en medio instante:
el amor me llamaba y yo le obedecía.
Mientras me susurrabas y yo te amaba,
se alzaron los sentimientos, 
mandó tu voz,
el cielo se hizo visible en tus ojos,
y yo pronuncié el querer en tus labios.”



Guardó silencio, me miró fijamente, yo solo intenté sonreír, por tanto estaba muy nerviosa.

Estaba claro: existía algo mas que habitaba en mí, y que me golpeaba desesperadamente, quería salir.



*****

El se bajaba lentamente de su auto, justo frente a aquella tienda de antigüedades en la que trabajaba. Dejó a Edward temprano esa mañana, y después de comprar unas cuantas cosas en la farmacia estaba ya allí. Una chica de tez morena y ojos profundos caminaba de manera elegante e imponente por la acera de la esquina de dicha tienda, al percibir al chico viró la vista de manera grosera, dejando con una ceja alzada al mismo. Josh después de ello, sonrió sagazmente.



No dejaría que la chica se saliese con la suya nuevamente.



Ella solo progresaba con paso firme, no tendría que voltear a verle, sin embargo la suerte parecía estar ayudando al chico: dejó caer una de tantas carpetas, sólo pensó en un movimiento rápido, tomaría lo suyo sin decir nada y se iría. Sin embargo cuando sus músculos se movieron, el ya tenía la carpeta en sus manos y ella quedó cara a cara con él. 



-Tan altanera como siempre- dijo Josh extendiendo su brazo



-así me quieren- respondió ella, tomó con enojo el objeto y le lanzó una mirada de reto al chico

-¿todo tu cólera es por la tienda?, ¿favoreces este trabajo al de la agencia de publicidad?- interrogó con sumo interés


-el que mi padre te haya dado la tienda de antigüedades me da igual- dijo ella, con cierto tono de burla en su voz 



El iba a hablar, ella lo interrumpió



-Sin embargo, sólo diría un ‘ten cuidado’- ella miró fijamente al chico, luego de esto, dio media vuelta para ir a trabajar



-Janet…- llamó el antes de que ella se alejara lo suficiente, ella se detuvo sin voltear



-no pienso dejar todo como esta. Es una advertencia- articuló, ella estuvo a punto de voltear a verle, pero pensó que quizás esa era una manera de dejarla con la duda, justo como ella lo había hecho. 



Ambos eran de cuidado, eso esta de mas añadir.



****



Aquella tarde era tranquila, decidí ir a la mansión, quizás allí tambien encontraría a los chicos, ya que una extraña angustia me había comenzado a dominar. Quizás ya era la costumbre, la sensación de ser observada la comenzaba a sentir con mas frecuencia, y el temor de ser atacada regresaba entre cortos periodos en los que divagaba distraída mientras hacía mis quehaceres domésticos.



Caminé entre aquel bosque, que solía caminar junto a él, decía que no era buena idea que lo caminase sola, esa tarde no le puse atención como es obvio. 



Era una atmosfera humeada, veía acercarse aquella grande y hermosa colina, y mi corazón se sobresaltaba y no por caminar tanto. Sentí un golpe seco, como si algo hubiese caído entre el barro verdoso que me rodeaba, otra vez aquel miedo me invadió



-Eres persistente- oí a mis espaldas, aquella voz era desconocida para mí, cuando giré mi vista unos horrorosos ojos color fuego me miraban fijamente. Un ser alto, y de sombría presencia me aguardaba, su piel era tan pálida que brillaba de forma azulada, y distinguía entre aquella extraña piel unos filosos y bien formados colmillos.



Abrí los ojos mas de lo normal, no podía emitir sonido, en mi estomago se había formado un nudo y mi cerebro sólo pensaba en intentar huir. Pero estaba inmóvil, Como una estatua de yeso, mi cuerpo temblaba, mis ojos ardían.



-¡buena chica!- afinó su voz, de forma maquiavélica, se movía con morbosa lentitud hacia mí, viéndome a los ojos. Solo podía oir los fuertes paso que daba, y como su gran chaqueta de color negro sonaba a orfeón con el sonido de la brisa, mientras mas se acercaba, mas me sentía aterrada, lagrimas sentí que se comenzaron a pasear por mi mejilla, punzadas atacaron a mi sien. 



-a-ale-alejate- logré articular

-no…no… no seas tan grosera… a no ser que quieras que te castigue- dijo y quedó a escasos centímetros de mi cuerpo. Mis temblores aumentaban, mi desesperación aunmentaba y hacía surcos en mis mejillas.



Seguía mirándome, haciéndome sentir sola, desamparada, en peligro de muerte, sus colmillos brillaban entre aquella cínica sonrisa, mi piel se erizaba cada vez mas.



¿Quién eres? ¿estoy sóla?



Estaba perdida, nadie vendría a salvarme. Eso estaba en claro, hasta qué...  




















"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"  

Capítulo IV

Alien... I Need U Love; Capítulo 4



No pude evitar morder mi labio al verle así de cerca, algo en mí se activó, mi cuerpo comenzó a temblar, pero no precisamente de miedo, estaba nerviosa de él, su mirada me aturdía, hacia que pensase sin pensar, que todo lo que estaba a mi alrededor no importase ni en lo mas mínimo. Sonrió justo antes de alzar su vista e irse sobre lo que asumo, era lo que me perseguía. Oí como él gritaba con furia y un golpe seco lograba callar los gruñidos de aquel ser.


Varios árboles cayeron mientras intentaba reincorporarme, pude divisar a un gran animal que parecía ser un lobo, yacía entre las ramas y el moho verdoso de aquel lugar, parpadeé de la impresión, luego, viré mi vista lentamente hacia el. Estaba completamente vestido de negro, con su cabellera en una coleta y una gran gabardina de negro brillante.



Atento a la carpeta de fotografías que traía en mis manos, claro, antes de que se me viniese encima, sus ojos no mostraban expresión alguna, algo que de una u otra forma me frustró, al parecer divagaba, pensamientos que me hubiese encantado leer estaban escritos en una extraña lengua que proyectaba su mirar. Después de unos segundos suspiró y cerró la carpeta



-disculpa- dijo, se incorporo y con inmensa educación me devolvió la carpeta

-n-no importa- tartamudeé, el sonrió

-eso si que estuvo cerca- dijo, cuando alcé una ceja al notar su aparente burla entendí que se refería a lo anterior

-si, muy cerca para mi gusto- me mostré indignada –no estoy acostumbrada a que se me echen encima… y dos veces para colmo- con un toque de sarcásmo disfracé mí queja

-¿Dos veces?- cuestionó, tenía razón ¿Cómo, que dos veces?. Había hablado otra vez sin pensar, pero desde que lo vi llegar de ese modo tan heroico, me hizo recordar aquella extraña situación en la que estuve dias antes, además, ese olor impregnaba cada rincón del lugar desde que llegó

-si- finalicé dicha polémica y tomé mi bolso que se encontraba en el suelo –gracias por todo pero…- me interrumpió

-no es buena idea que sigas sola por ahí- me dijo, con tono serio, disimulado con una sonrisa

-Puedo cuidarme sola- alegué enojada


-Eso lo dudo- burlo 

-¿¡QUE DIJO!?- grité exasperada, cerré los puños y los moví en el aire mientras pronunciaba aquello

-ven, acompáñame- me dijo extendiendo su brazo, yo alcé una ceja. ¿Qué esta jugando?


-¿Qué, qué?- cuestioné –lo siento, No entiendo- inquirí 

-lo oíste perfectamente- seguía con su brazo extendido, mirándome intensamente, invitándome quizás a una gran aventura, que me aterraba aceptar, apenas le conocía.

-¡Apenas te conozco!....ni siquiera se tu nombre- me quejé

-Ohh! ¡Lo siento!... tienes razón- sonrió y bajo su brazo –me llamo Michael Jackson- dijo haciendo una reverencia –un gusto conocerle milady- añadió en una sonrisa al incorporarse, quedé con los ojos como huevos cocidos ¡cuanta formalidad! ¿de que siglo es?


-¿y bien señorita? ¿aun muy ofuscada como para aceptar mi invitación?- 

-e-ehh-mmm- tartamudeaba como estúpida

-¿Cuál es tu nombre?- intentó ‘ayudarme’

-Evelyn- musité


-Bien señorita Evelyn, Ya presentados…. ¿aceptaría?- volvió a extender su brazo, con torpeza y lentitud deslicé el mío, tomó mi mano y me impulsó mas cerquita de el, cuando quedé a pocos centímetros de su rostro, me miró a los ojos 

-¿crees en la magia?- me preguntó cuando me quedé embobada viendole

-¿en qué?- dije confundida nuevamente

-en la magia…. En la fuerza de tu magia interna- respondió, yo estaba perpleja aun

-pero- dije en tono de burla  -la magia no existe- ahora me arrepiento de decir aquello, con delicadeza y a la vez rapidez deslizó un brazo por mi cintura, luego lo subió por mi espalda, fue cuando me sentí en el aire. Si, en el aire, y no es que el estaba levantándome, es que estábamos levitando…. Al notar aquello y ver que el suelo estaba a unos 3 metros de nuestros pies me aferré a el, fue cuando soltó una carcajada

-¿co-como….co-como…. Qu-qu-e sucede?- no sabía que decir, me abrazó mas a el y sentí como el frío aire de la atmosfera nos comenzó a golpear, nos movíamos rápidamente sobre la copa de los árboles

-debo esta soñando- dije


-no lo estas- me dijo al oído, sentí un escalofrío rodearme. Pude notar como aquella enigmatica colina se acercaba, había un gran balcon con cortinas blancas que danzaban junto al aliento de la naciente noche. Mientras los crepúsculos se llevaban al agonizante día y las estrellas esperaban tener completamente despejado el escenario del oscuro cielo para sonreírle a la melancólica noche nuevamente. 



Llegamos al borde del mismo, descendíamos lentamente, me dejó sentada en las barandillas de granito del balcón y el se incorporó en el suelo, luego me vio a los ojos



-¿Quién era?- dije refiriéndome al ‘lobo’


-La envidia- respondió 

-¿Quién eres?- volví a preguntar

-Tú sabes quien soy- su mirada seguía sobre la mía, algo que comenzaba a ‘mover’ algo dentro de mí, solté un suspiro de fastidio

-¡Genial! Ahora la envidia me acecha- dije en tono sarcástico

-Esto no es en broma, es algo muy serio- parecía ofendido por mis palabras


-¿y ahora vas a regañarme?- me enojé mas 

-no es un regaño, es una afirmación- replicó


-¿Afirmación?... perfecto, tú afirmas, ‘rescatas’ y de paso me caes encima como un demente- dije y me crucé de brazos apartando mi vista
-estabas en peligro…. ¡’doña madurez’!- esa burla no me gustó para nada, me iba a levantar de mi actual asiento, pero no había contado con que estaba en altura, así que por consecuente, perdí el equilibrio, el con rapidez llegó a ‘mi rescate’, mi cuerpo que se tambaleó cayó sobre el suyo, me quedé nuevamente perdida entre sus ojos 

-eres tú la que se empeña en terminar en mis brazos-murmuró

-aunque me queje… seguirás persiguiéndome… ¿no es así?- dije, el sonrió

-quizás solo te queda llevarte bien conmigo- fin de la pelea.



Después de incorporarme con torpeza y lentitud, me enseñó aquella singular mansión de la que poco a poco me comencé a enamorar. Habían dos grandes habitaciones repletas de libros, pregunté el porque de ello y sólo respondió “una es para la lectura de el alma y otra para la lectura de la verdad” por un momento pensé que estaba paseando con un demente. La gran sala de música constaba con un órgano, al fondo del lugar, al otro extremo, al frente de la reconfortante chimenea que parecía no consumir con sus flameantes llamas a la leña al rojo vivo había un gran sofá cubierto con dos sabanas blancas, habría que alegar que la luz era tenue y que la brisa fría hacía mas ‘reconfortante el lugar’.



Miraba asombrada a mi alrededor, pero aquel órgano me llamó principalmente la atención, con detalles de madera y al parecer oro, daban un toque antiguo y a la vez elegante al lugar, olvidé al de mirada oscura cuando deslicé mis dedos sobre la madera del mismo… Por unos instantes, pude sentir su vibrar y como entre el silencio de la noche dejaba un reconfortante melancolico y singular sonido.



Por instinto viré mi vista hacia las teclas, y noté que el tocaba notas de una canción que creí escuchar en algún lugar…



Era lento, el sentado frente al instrumento se dejaba llevar por la melodía meciéndose lenta y tiernamente



- I'll reach out my hand to you….. I'll have faith in all you do.- murmuró afinado perfectamente, su voz dulce me deleitó, no podía creer lo que oía. Continuó tocando.

-I'll reach out my hand to you. ..I'll have faith in all you do.- repitió, y mi alma dió un sobresalto, mientras no podía entender el porqué de esas sensaciones en mi estómago



-Where there is love, I'll be there… I'll be there.- finalizó entre leves sonidos proyectados desde dicho instrumento.



Todo volvió al silencio, aunque aquella voz seguía repitiéndose una y otra y otra vez en mi mente, mientras todo aquello parecía ser un sueño, aquella manera de mi sentir, aquella calidez, el deseo de poseerle, quizás la demente soy yo, sólo sé que abrí los ojos y ya no estaba junto a él











"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"