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17 de febrero de 2011

Extra: Promesa



Promesa:

Llovía, de manera triste, como llora cualquiera por antipatías. Llovía, convirtiendo el suelo de piedra caliza en un laberinto infinito custodiado por charcos de agua, que reflejaban la luz de la luna, y hacían ver divinas a las gotas de lluvia que saltaban como si danzaran algún ritual de invierno.

Apreté mis rodillas hacia mi cuerpo, justo cuando me agaché bajo la lluvia, miraba hacia el infinito, que se presentaba ante mí de manera de ciudad, sentía que todo provenía de algún sueño. Edificaciones del tipo medieval, callejuelas que encerraban mil leyendas, quizás algún caballero templario en pena, con algún judío a su merced. Todo aquello mientras yo como si proviniese del futuro, lo advirtiese todo de modo de señal. Solo me sentaba, divisando cada detalle, sintiéndome vacía sin siquiera entender cuál era la razón.

La oscuridad pasaba a ser mi consejera, y mis miedos a flor de piel parecían vestir mis ojos, que pronto dejarían caer lágrimas de desesperación. Absorta me encontraba, en algún lugar remoto, siendo utilizada quizás por alguien que se regocijaba sólo por hacerme sufrir.

Entonces comienzo a anhelar aquello que jamás tuve, pero que siempre busqué como si fuese tan esencial como el oxígeno.

El agua está fría, mi piel titiritea, la brisa esta helada, es todo lo que puedo llegar a sentir.

Pasos apresurados, pies que desesperados se desplazaban entre el agua que los intentaba frenar.

Repiqueteaban, insistentes, justo frente a mi estaba yo misma junto a Michael. ¿Cómo era posible?, aquella era la pregunta del millón, lo cierto es que cual espejo, se encontraba otra Evelyn, copia exacta de mi, frente a mis ojos.

Ni ella ni él se percataron de mi presencia.

-¿tienes frío?- le preguntó Michael a ella, estaban sumamente empapados, los ropajes de Michael eran antiguos, sencillos: una camisa blanca y un pantalón de color negro. Ella vestía algo similar, vaya que tenía presencia temperamental, una mujer de la época con pantalón era toda una blasfemia.

-eso no importa ahora- replicó ella, -es lo menos que importa Michael- ella le daba la cara a él, que seguramente estaba intentando tranquilizarla. Se miraron fijamente, no hacían falta palabras, podía sentirlos, ellos podían sentirse. Se hablaban sin voz.

-No, no puedes pensar hacer eso- dijo Michael de pronto, y en un ágil movimiento, evitó que ella se retirara dando media vuelta.

Sonreí a mis adentros, sabía lo que Evelyn estaba pensando. Y estaba en concordancia con ella, daría lo que sea porque él no dejase de sonreír.

Aunque eso significase no verlo jamás.

Pero Michael podría llegar a ser caprichoso si lo deseaba, podía llegar a ser posesivo quizás, lograba ser la duda que jamás tuviste, y que en un abrir y cerrar de ojos llegas a tener. Conseguía llegar a ser la mayor tortura del planeta, el peor virus, y a la vez lo más glorioso y celestial que podrías imaginarte y ser la medicina que tanto ameritabas.

Podía solo detenerte del brazo, mirarte fijamente, para hacerte desear ser algo un poco más importante para merecerlo. Te hace sentir especial, tan impresionantemente especial que no te sientes nada, eres tan especial que pasas a ser un cero a la izquierda. Puedes llegar a amarlo y a odiarlo por temer perderlo.

Amarlo dolía.

Michael apartó varios mechones de su cabello. Dejando la cara de Evelyn completamente descubierta. La miraba fijamente, con ternura, y nostalgia. Parecía adivinar lo cerca que estaban todas esas horribles circunstancias. La miraba con cariño, con impotencia, la miraba con desesperación.

Permanecía en silencio.

Logrando hacer un nudo en mi garganta, nudo que sin duda alguna, se que compartía con Evelyn.

-Estás llorando- murmuró Michael

-no…. Está lloviendo- respondió ella en voz baja

La acercó a él, abrazándola fuertemente.

-tengo miedo, mucho miedo- dijo ella, aferrándose a Michael

-nada malo sucederá- dijo Michael –l-lucharemos… por… esto…- la alejó un poco de él y tomó su rostro entre sus manos, -lograremos huir, es mi promesa…-

-¿promesa?- cuestionó ella

-si, prometo sacarte de aquí, prometo apartar cientos muros si son los que se interponen, óyeme bien: atravesaría mil infiernos sólo por irte a buscar-

¿Sólo llovía?, llovía en mi rostro, llovía en el rostro de ella. Y más aún al oír aquellas palabras entonadas en voz de Michael.

-¿estás consciente de lo que dices?- dijo Evelyn, temiendo que todo fuese un espejismo o algo que se le pareciese.

Y gusto cuando crees que lo has oído todo, escuchas la confesión destinada para hacer palpitar a mil tu corazón. Escuchas lo que soñabas, escuchas la verdad misma hablar.

Entonces Michael aclara las dudas que el mismo había hecho aparecer:

-Evelyn…. ¿de qué sirve toda la eternidad si no estás para consumirla a mi lado?.... ¿De qué serviría el oxígeno… si no estás para arrebatarme el aliento?...- 



***

Y si, se estarán preguntando que rayos es ésto. Pues, esta historia... es... es muy importante para mí, y aunque terminó, no se, me da nostalgia, estaba oyendo entonces "shattered",  de Trading Yesterday , y me inspiré nuevamente con esta historia. Quizás hay algunas cositas que no conté, y que ahora que puedo, quizás contaré. 

Esto es parte del material extra, así que tiene que ver como es obvio con la historia. Seran casi "tras cámaras" o cositas así, "lo que no viste" XD

Por lo demás, ¡Muchas gracias por leer!, pronto el Epilogo, siento no traerlo pronto, es que la verdad, lo he borrado casi cuatro veces, quiero que quede especial pero no se, ya veré, debo acabarlo.


Las quiero, MUCHAS GRACIAS 

"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"