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25 de noviembre de 2010

Alien... I Need U Love: XIX




Estaba lista, saliendo de casa e Janet, un vestido grisáceo me vestía, mientras mi cabello suelto danzaba entre la brisa, al igual que el de Janet. Habíamos quedado perfectas para una fiesta, no muy llamativas, pero tampoco pasaríamos desapercibidas, las gotas de la lluvia que se avecinaba se deslizaban de vez en cuando entre la fría brisa. Ya era de noche, un poco mas de las 7 p. m.

-estás hermosa Eve- me dijo sonriendo, cuando estábamos en el auto

-tú también…- le dije de igual manera –no crees…. ¿no crees que es mala idea todo esto?, ¿está bien que ría, mientras no se en donde está Michael?-

Detuvo el auto, la fuerza con que frenó hizo que me hiciese para adelante, exaltada y preocupada viré a verla

-Debes entender una cosa- me dijo decidida –Hoy terminará toda esta maldita pesadilla-.



Llegamos a el lugar, en la puerta de entrada nos esperaba Vladimir, nos bajamos de el auto y se acercó a nosotras. Cuando con curiosidad paseé mis ojos por el contexto que constaba de todas las calles de piedra, como las de una ilusión en Praga, con luces doradas que parecían brillar con macabra morbosidad, y aunque aquella grandiosidad deslumbraba a cualquiera, no dejaba de ser frío y un lugar ‘inhabitable’.

Me tomó del brazo, impulsándome hacia la entrada, aferrándome hacia el y alejándome de Janet… “Bienvenida a mi mundo”, me susurró al oído, pude percibir miradas de recelo e impresión desde las esquinas de las escaleras, llenas de gente con vestimentas elegantes. Susurraban algo que no supe traducir. Sin embargo, entre la gente, por un milisegundo logré percibir a un sujeto, vestido de negro, ocultando sus ojos a través de un sombrero de fedora negro…

Mi corazón dio un sobre salto. Quise ir allí pero me fue prácticamente imposible.

Gélida era la atmosfera que nos rodeaba, situada en una de las mesas de los invitados me encontraba, observada por Janet, que vigilaba mis movimientos minuciosamente y los de Vladimir por consecuente. 

Cuando entramos en el lugar el mismo me recibió, tomándome de la mano cortésmente y dejándome en una mesa alejada de la aglomeración. ¿Qué era parte de su plan?.Completamente indefensa ni siquiera un grito podía ayudarme, estaba con la soga al cuello, y aquel sujeto vestido de negro no dejaba mi mente en paz… 

¿acaso era Michael?

Imposible.

Él se encontraba sentado justo en frente de mí, observándome en silencio. Parecía que quería leer cada una de mis sensaciones, que eran las mismas de una persona aterrada. Nerviosa dentro de un laberinto de salida me encontraba, a la merced de Vladimir.

-Me alegra que hayas venido- dijo, sonriéndome, una de las empleadas dejó un par de bebidas

-no me gusta el licor- le dije, tratando de ser lo más educada posible

-amas el durazno….. ¿no es así?- dijo, y mientras yo lo miraba impresionada le encargó a la mujer traerme un jugo de ese sabor. Me sobresalté, parecía saber mucho de mí

-aun no entiendo cual es la razón de que esté aquí- le dije, comenzándome a desesperar. Alzó una ceja, haciendo una expresión como de: “¡Que directa!”

-¿Qué tiene de malo darle atenciones a una impecable señorita?- me dijo susurrándome, con voz natural en un sujeto que mas que una amistad quiere encontrar

-¿y que tiene de malo en que prefiera que se las ahorre?, apenas le conozco y…- me interrumpió

-¿Te molesta?- dijo con tono de enojo

Iba a responder que sí, pero opté por quedarme en silencio, entre la penumbra de sus ojos, que no me dejaban de intimidar. Mis manos sudaban, y apretadas debajo de la mesa se encontraban, mientras mis inquietos ojos buscaban un pequeño espacio lejos de los de el.

Llegó la empleada con mi bebida, sólo la miré situada frente a mi

-salud- dijo, luego de hacer un ademan con su copa y tomar un enorme trago –Es ridículamente predecible el destino- dijo de pronto, su tono de voz hizo recorrer un escalofrío mas fuerte entre mi cuerpo

-¿d-destino?- tartamudeé. Toda su maldad… aunque fuese extraño… me llegaba a resultar familiar

-si… Hay personas que no entienden que deben estar bajo otras, existen seres que nunca entienden que deben estar lejos de otros… Hay ridículas sensaciones de protección, hacia despreciables seres… mortales…- dijo en un susurro, algo me dijo que se refería a Michael

-¿seres mortales?... ¿estás acaso diciendo que tú no lo eres?- repliqué, tratando de mostrar fortaleza, y notando como de pronto, Janet no estaba detrás de Vladimir, había desaparecido

-parece que no te impresiona- dijo él -¿Qué no soy el único que te ha insinuado algo así?-

-No es que no me impresione, es que suena algo fantasioso- respondí, retándolo, y confundida a la vez. 
Trataba de localizar a Janet, pero efectivamente, ya no estaba

Debía confiar en ella, pero no podía negar que el miedo me invadía

-Eres muy persuasiva- rió –Me gusta eso en las mujeres- completó con una sonrisa sínica

-¿no tienes invitados que atender?- le dije de mala gana, asintió como si se tratase de un juego y lentamente se comenzó a alejar de la mesa. Nerviosa tomé un sorbo de el jugo de durazno, que a decir verdad estaba delicioso, sin embargo, parecía incomodo beberlo en aquella situación. Comencé a mirar hacia los lados, intentando localizar a Janet, analizando las tramposas palabras de Vladimir, jugaba a su gusto con las mismas, y sé que tenían un trasfondo.

Tomé otro trago de el jugo, terminándomelo, justo cuando miré al frente con la copa aun en mis labios vi como Vladimir del otro lado del lugar mostrándome una copa, no entendí porque lo hizo, hasta que de pronto sentí un sabor amargo.

Alejé inmediatamente la copa de mis labios, para observarla, y entre el cristal pude divisar un polvo blancenino, paseé mis dedos allí y después de sentir su extraño olor alcé mi vista, volviéndome a chocar con los ojos de Vladimir, y una maliciosa sonrisa.

Dejé la copa sobre la mesa, temiendo lo peor.

Pasaron los minutos, minutos interminables para mí, parecía una fiesta eterna. Por fin los invitados comenzaban a disminuir.

Janet… ¿Dónde estás?

Para cuando terminaba de preguntarme aquello, comenzaba a sentirme mareada, intenté levantarme para buscarla y saber qué hacer, pero cuando intenté ponerme de pié, mis piernas me traicionaron. Sin saber muy bien lo que sucedía, solo sentí como me tomaban entre fuertes brazos y me chocaban contra una la fría aura.

-Siempre ha estado prohibido siquiera acercarse a seres como él… Evelyn… Michael ya no existe, la realidad que vivirás a partir de ahora será la que yo ordene. Siempre debió ser así, y así lo será- murmuró en mis oídos, sentí como me llevaba a un lugar que no sabía cómo descubrir, mi cabeza amenazaba con convertirse en el núcleo de una enorme y horrorosa migraña. 

El me soltó de manera agresiva. Caí de pronto a el suelo, secando varias lagrimas de los mismos los entre abrí. Observando los pies de Vladimir, se acercó a mí, y  se agachó

-¿algo que desees, cariño?- dijo con voz sarcástica

-¿Por qué…porque…porque?- trataba de decir, pero me era imposible siquiera terminar una frase

Se acercó mas a mí, y apartó de mi rostro varios mechones de cabello,

-Porque aborrezco todo este maldito pueblo, porque la única verdad que puede vivir cada una de las despreciables personas es la que yo ordene, me cansé de ser el cero a la izquierda…. Amaré ser ahora el más peligroso…. Y a uno de los principales estúpidos que pisotearé, será a Michael- Me dijo al oído.

Estaba aterrada, desesperada, y lo odiaba con todo mi corazón.

-Maldito imbécil- murmuré, rió sarcásticamente

-¿Qué dijiste?- replicó

-¡Maldito Imbécil!- grité viéndolo a la cara, una gran bofetada fue su respuesta, y con el suelo me estrellé, sintiendo como el carmesí de mi sangre viajaba desde mis labios hacia mi piel. Un murmullo ajeno al de su malévola voz se proyectó entre el lugar, y después de sentir su mirada sobre mí, oí como sus pies se alejaban.

Me encontraba derribada ante la realidad de mi posición. Abandonada entre el silencio de un sitio desconocido, luchaba contra la oscuridad que se iba sobre mis ojos sin permiso, mi corazón se contraía, la confusión me atormentaba y Michael no salía más que entre mis suspiros y deseos de verlo y saber que todo iría bien.

De pronto un mareo, y oscuridad…

Sentí una fría brisa pasar sobre mis brazos, y después de moverme, comencé a abrir los ojos. Miré los pasillos en donde me encontraba, extensos, parecían interminables. “todo será cuestión de tiempo” creí escuchar de la voz de Vladimir antes de desaparecer. Cuando le recordé mire hacia los lados con desesperación. No estaba, con dificultad me logré sentar y observé el enorme jardín, que a través de los arcos podía apreciar.

Sobre una de las paredes, cerca de mí, se encontraba una mariposita color verde manzana, que parecía brillar entre la oscuridad de la noche que me arropaba. La observé detenidamente, como una niña, intenté tocarla, la misma se alzó en el vuelo, soltando destellos de luz brillantes, similares a miles de estrellitas que  reventaban frente a mí, y con su luz pura y tornasol me cegaban.

Vi de pronto el rostro de Michael, a lo lejos, mirando hacia el infinito, y en pracciones de segundos, lo ví alejándose de mí, justo como la última vez que lo ví.

Me levanté, corriendo detrás de el con todas mis fuerzas, corría y corría, tratando de gritar su nombre para que me mirase, pero o era que yo no lo hacía o que el no me lograba escuchar. Se escabullía entre pasillos, podía sentir como todas mis experiencias junto a el comenzaban a quemarse…

¡Michael!

¿Me…. Comienzo a…. olvidar de ti?

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¿Que tal chicas?... ¡Gracias por sus comentarios!, les cuento que ya he mejorado jaja, y que ando regalando Tareaaa!! ¿quien quiere un poco? xD

La cosa es que, como lo notan, he tardado un poco mas de lo 'normal' por mis clases y el proyecto de Psicología, debo hablar de mí, y toda la cosa (lo que señala que debo mencionar a Michael!! Wiii!). El capítulo que les regalé hoy es aunque 'deprimente' un abreboca a todo el descenlace.... ¡tamos pisando capitulos finales!, gracias por todo chicas, gracias por leerme, muchas gracias por hacer realidad esto conmigo!

Las quiero, espero les haya gustado! 

L.O.V.E.


"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"

20 de noviembre de 2010

Alien... I Need U Love: XVIII

Un vestido color beige que parecía estar decolorado estaba sobre mi cama, esperando a ser usado, mientras yo dubitativa caminando dentro de la habitación por aquí y por allá. Deseando que la salvación cayese del techo de pronto. Sin embargo nada llegaba, y yo me sentía cada vez mas encarcelada. ¿Debía seguir los deseos de Vladimir?. Me detuve por un instante, recordando que Josh quería ir conmigo.

Maldije entre dientes

Me tomé mi cabeza tratando de razonar algún tipo de estrategia, aquel sujeto se mostraba de una manera bastante inteligente y era obvio que sabía jugar con las palabras y envolverte en una telaraña fácilmente. Era toda una amenaza. Lo que me sugería que debía tratar de ser mas astuta, aunque me sintiese como un conejo al acecho de un zorro, debía encontrar la manera de saltar y huir. ¿Quizás era buena idea seguirle la corriente?, era lo que intentaba, pero poco a poco me daba cuenta de que eso no serviría de nada.

Me senté al borde de la cama, completamente rendida… ¿me entregaría a lo que quisiese?. Si de ello dependían mis hermanos eso debía hacer, pensando en ello paseé mis ojos sobre mi ambiente, mirando mi entorno, hasta que logré ver la rosa azul que reposaba sobre la mesita de madera sobre mí cama, allí estaba como un puñal recordándome a Michael a cada segundo de el día. Se trataba de el vinagre que se derramaba sobre mis heridas a cada instante, haciendo arder de dolor mi alma, acostumbrándome a ese vacío, volviéndome irremediablemente insensible.

Mis ojos amenazaban con convertirse en enormes cascadas de lágrimas saladas y cristalinas.

Un leve pero a la vez acelerado golpeteo se reflejaba en la puerta de mi habitación, sentada aun en mí cama di un salto para ir hasta la misma y ver quien tocaba tan insistentemente. Janet me sonrió cuando la encontré del otro lado de la misma, sin saber porqué, me abalancé sobre ella abrazándola, ella me abrazó de igual manera, con una ternura que me impresionó.

-¿Qué haces aquí?- le pregunté mientras me alejaba de ella, no sabía porque razón, pero comenzaba a sentirme aliviada con su presencia

-necesitaba hablar contigo- me dijo, acomodándose su blusa de color azul cielo, apenada reí un poco y la invité a pasar a mi habitación.

Nos sentamos en la alfombra, la observé por unos instantes, cielos, ¿Cómo no me di cuenta que era hermana de Michael antes?, si no ha sido por aquella ‘visión’ no lo hubiese notado, aunque, es algo que es obvio, su porte… sus ojos, aquella pizca que parece mágica los acompaña a los dos, aquella tranquilidad que logran irradiar y contagiar.

Me miró fijamente en cuanto notó que la contemplaba quien sabe con qué cara.

-tengo muchas interrogantes- resopló soltando un suspiro bajo y pesado, mostrando frustración quizás

-no eres la única- acoté de igual manera -¿Por qué querías hablar conmigo?- le solté sin mas ni mas, interesada y preocupada a la vez. No me respondió instantáneamente, parecía que estaba formulando las preguntas en su mente, me observaba nuevamente en silenció, como si en mí estuviese la respuesta… pero…. ¿porqué en mí?.

-Evelyn…- comenzó a decir con esa voz de inseguridad y un toque de frustración -¿te gusta leer al aire libre?
- me preguntó

-si….- dije confundida –cuando pequeña lo hacía, y cuando estaba en el colegio, no tenía muchos amigos, así que solía irme a el bosque a leer- añadí sin saber que tenía que ver ello con todo. Sonrió medianamente y se levantó del suelo. La imité de inmediato,

-¿y ahora que?- le dije, ella me miró con determinación

-debemos irnos de inmediato a mi casa, necesito que los niños y el chico mayor estén en mi casa a eso de las 6 de la tarde- dijo mientras se acercaba a mi vestido, lo doblaba con sumo esmero y comenzaba a abandonar la habitación con el en las manos

-¿Qué?.... ¿Por qué?- le pregunté cuando estábamos llegando hacia la puerta de mi habitación

-jugaremos el juego de Vladimir- dijo, dándome a entender que estaba al tanto de todo lo sucedido –pero con nuestras reglas- añadió tomando la manija de la puerta

-siento todo esto…. No sabía que esto podía llevar al peligro a los chicos, a Josh, a ti…. A Michael- dije, desahogando mis angustias y culpas. Sonrió una vez mas, ya estábamos cruzando el amplio pasillo

-¡No es tu culpa!, se que actuaba de manera amargada, es sólo que no entendía por qué razón mi hermano se dejaba correr peligro por ti… eso me enojaba en sobremanera- nos detuvimos frente a la puerta del cuarto de Edward, de lado izquierdo las escaleras hacían acto de aparición. Su respuesta me dejó mas confundida aun

-¿y ahora sabes porque lo hace?- volví a preguntar, recordando sus constantes preocupaciones y preguntas para conmigo a la hora de decirme que era un ‘ser sobrenatural’

-creo saberlo- inquirió

-¿Cuál es la razón?-

-un día me dijo: “pequeña Janet, sólo necesito que confíes en mi, aunque eso signifique no verme mas, prometo que no te defraudaré, aunque muera de la manera más despiadada, te protegeré con todas las fuerzas que poseo”… y luego, años más tardes, dijo que eso haría contigo, los chicos, y conmigo- podía percibir que ella estaba tan asustada como yo, y aunque eso no me respondía mis incógnitas, preferí callármelas, y dejar crecer mi angustia.

Bajó las escaleras, miré hacia la puerta de mi hermano, y toqué.

-¿Qué sucede Eve?- me dijo Edward, noté que estaba haciendo tarea o algo así

-necesito de tu ayuda- le dije, asintió –como el mayor, después de mi, te dejaré a cargo de los chicos, necesito que los tengas listos en la ciudad a eso de las 6 de la tarde-

-¿y qué con Jonathan?- me preguntó, era cierto, sin embargo, confiaba ciegamente en Janet, volví a mirarlo

-Me ayudará con algo, ¿sabes en donde vive Janet Jackson?- pregunté, me respondió afirmativamente

-allí estará a las 6-

Dejando todo en las manos de Edward, fui a despedirme de los chicos a sus habitaciones, explicándoles lo que más pude, y tratando de que conservasen la calma. Jou y Petter decidieron decirle a Katty que sólo iban de visita a la ciudad. Terminado todo, bajé las escaleras, divisando que Josh y Janet estaban al parecer conversando, cuando llegue a el borde de las mismas, Janet con cara seria se levantó del sofá y me alcanzó en la puerta.

Josh sólo la miró fijamente, por la expresión de sus rostros, pude percibir que quizás habían tenido una riña más

-Josh…- comencé a decir

-el sabe lo que debe hacer, no hay problema…. ¿verdad?- aquella última frase la pronunció Janet mirando fijamente a Josh, que se comenzaba a levantar

-eso creo- dijo el, yéndose escaleras arriba, parecía molesto. Miré a Janet y ella sólo se encogió de hombros. 

Cuando salimos de casa, ya eran más o menos las 2:30 p.m. Abordamos el auto azul de Janet, sentadas ambas en los puestos delanteros estuvimos en silencio gran parte de el viaje, miraba por la ventana un tanto preocupada, tratando de ordenas mis ideas para verme ante aquel sujeto con valentía. Aunque fuese un poquitito de valentía, la necesitaba.

Cuando el auto se detuvo, lo hizo en la parte ‘mas alta’ de la ciudad, inmensas edificaciones del tipo colonial tapaban la poca luz solar que se colaba entre las espesas nubes de invierno, y mientras la brisa intentaba escaparse entre paredes y las hojas de los arboles, me bajaba de el auto divisando una enorme puerta de madera con toques de metal pulido.

-bienvenida- me dijo Janet, aquel lugar era tan enorme como la mansión de Michael, sin embargo, el tipo de esencia era distinto, simplemente idéntico al de Janet, no debía ser una adivina o gitana para descubrir que habíamos llegado a su casa. Después de atravesar el enorme portón, nos desplazamos por un pequeño caminito que se extendía a través de un jardín,  y terminaba en la puerta de entrada de su casa. Una enorme sala, con paredes blanquecinas, detalles en color vinotinto y grisáceos nos daban la bienvenida junto a un mayordomo y una niña que lo acompañaba.

-ella es Emily y el el Oscar, su tío- me dijo Janet, los saludé a ambos, y caminé tímidamente hacia donde se encontraba Janet, después de encontrar la escalera, pasamos a través de la sala, divisé sobre una de las mesas un sombrero de fedora negro, en ese instante sentí una especie de escalofrío penetrarme, mis ojos se fueron cual imanes sobre el, caminé lentamente, con mi mano suspendida en el aire, anhelando palpar la tela de el objeto.

-si…. Es de quien crees que es- me dijo Janet, con cierto tono burlón, alcé mi vista, viéndola en el borde de las escaleras

-¿sabes?... siempre pensé que él tiene un gran talento…. Y que alejado de los demás, se volvía egoísta con sí mismo y con ese fulgor divino y cálido que lo hace especial- dije, tomando entre mis manos el sombrero, y observando cada detalle de el

-eso mismo pienso- dijo con voz de comprensión –no obstantante, el siempre me dijo que no saldría  por nada del mundo de ese lugar… fue perseverante consigo mismo-
Alcé una ceja con confusión

-Un día llegó con una tristeza que me partió el alma, diciéndome que aquella chica había desaparecido, y justo antes de decidir vivir en la ciudad, cuando estaba mudándome me dijo que se quedaría, porque ella regresaría… y lo necesitaría- Janet me sonrió e hizo un ademan para que subiera escaleras arriba. Después de dejar el sombrero sobre la mesa nuevamente, corrí escaleras arriba siguiéndola…

Debía estar preparada, tanto ella como yo sabíamos que, las siguientes horas eran críticas, Vladimir dejaría a flote sus verdaderos planes…

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Un saludo a todas las pacientes y leales lectoras de esta historia... ¡Muchas gracias por sus comentarios!, espero que este capi sea de su agrado, ya falta poco para el desenlace de esta historia, lo que sugiere que esta casi en su final! Jaja, como ya lo debieron notar, en el lado lateral derecho está la propaganda de nuestra próxima historia!

No se que mas decirles, he tardado mucho porque esta semana estuve enferma, no coordinaba, estaba (aun lo estoy) horriblemente mareada,  y confundía a todo mundo, eso creo que es por culpa de Vladimir, no quiere dejar que se acerque el regreso de Michael xD

Gracias por leer, las quiero, intentaré traer conti lo mas rápido posible!

"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"

12 de noviembre de 2010

Alien... I Need U Love: XVII

Me siento perdida
en mi misma
Hay un Alíen en mí
¿quien eres?
¿quien soy?


Todas y cada una de sus normas de cortesía sólo dejaban a alguien entre mi mente y suspiros: Michael, aquel que se había evaporado de pronto. Vladimir, aquel recién llegado, aunque muy cortés y ‘atento’ no dejaba de intimidarme, seguía allí al frente en la puerta de mi casa, esperando que yo le respondiese, aspiré una bocanada de aire, mientras analizaba su última oración:

“soy Vladimir, quisiera hablar con usted”

-¿conmigo?- cuestioné, tratando me mostrarme lo más segura posible, sonrió de manera coqueta y maliciosa a la vez, posando sus ojos sobre los míos. Intimidándome una vez más

-si señorita- dijo -¡Sé que tengo mala fama en este lugar!, y si seré el nuevo alcalde, quiero llegar de buena manera a cada uno de los rincones de este lugar…. Frecuentar a todos…- su colocación de la voz era minuciosa, todas y cada una de sus expresiones dignas de admirar. Me dejaba petrificada, completamente en shock

-aaam, pues, prefiero no fijarme en los asuntos de la ciudad….- dije, riendo después con nerviosismo

Volvió a sonreír

-tranquila, no hay problema en lo absoluto- había un muro entre sus verdaderos pensamientos y sus expresiones. No sabría decir si era alguien bueno o un simple hipócrita –sólo me gustaría invitarla a un lugar- añadió, acercándose a mi rostro para así hablarme de manera más ‘discreta’. Mantuve la distancia alejándome un poco como reflejo

-¿A dónde?- dije secamente

-¡Es una pequeña reunión con todos los de la ciudad!- exclamó haciendo señas con sus manos –necesito que las personas más importantes vallan, quisiera cortejarla si me es posible, claro, si no hay nadie ‘interfiriendo’- dijo

Yo apenas procesé lo que me quiso decir, ya que lo dijo muy rápidamente, jugando bizarramente con las palabras. Hizo un ademán, haciendo que un sujeto de baja estatura y encorvado se acercara a mí. A leguas se notaba que tenía sumo miedo a Vladimir, con torpeza y temor me extendió su mano, mostrándome una tarjeta de invitación. No me miraba a la cara, estaba cabiz bajo como un esclavo frente a un colonizador, parecía desear que la aceptara, ¿Qué Vladimir sería capaz de ser tan malvado?

Tomé la invitación y Vladimir sonrió. ¿He caído en una trampa?

-Me gustaría que viniese, vendré por usted mañana a las 7:00 p.m.-

Tomó cortésmente mi mano, y después de besarla, se despidió yéndose en un auto negro, parecido a eso de los de la época de los 50, cuando Chicago era el nuevo paraíso. Suspiré bajamente, caminando hasta el umbral de la casa, viendo detenidamente la invitación y como el auto se alejaba.

Entre a la casa, justo cuando iba de regreso a la cocina vi a los chicos bajando las escaleras, viéndome con cara de confusión, ¿Qué tenía una expresión extraña?

-¡Lo siento chicos!, ya les haré algo para comer- me excusé

-¿está todo bien?- me preguntó Jou, asentí sonriendo, sin embargo parecía que no los había convencido del todo.

La puerta se abrió de par en par. Josh aparecía con una caja de Pizza y algunas gaseosas. Los chicos corrieron a ayudarle, vaya que mi primo es mi salvador. Caminé para ayudarlo también, sin embargo lograron maniobrar perfectamente todo lo que tenían en sus manos, así que el se quedó con las manos vacías frente a mí, mirándome, para luego arrebatarme la invitación de mis manos velozmente. Al principio por sus risitas logré entender que era en forma de broma, hasta que cambió su rostro a uno de preocupación

-¿estuvo aquí, verdad?- alzó su vista –ese estúpido fanfarrón estuvo aquí…. ¿pisó esta casa?- su voz aumentaba su tono de enojo conforme pronunciaba cada pregunta,

-cálmate, por favor- le dije con voz serena, tasqueó en un murmullo haciendo gestos de inseguridad, moviéndose a los lados

-no es para calmarse…. ¿Qué no lo entiendes?- caminó hacia el final del pasillo, subiendo las escaleras, yo antes de seguirlo miré a los chicos y les sonreí “coman algo” les murmuré y me apresuré a seguir a Josh

-heeey… Josh… ¡¿Qué es lo que debo entender?!- me quejé cuando llegué a el final de las escaleras, detuvo su andar y me miró dándose la vuelta

-¿vas a ir a ese lugar?

-si no quiero levantar sospechas creo que es lo más prudente

Termine mi frase acercándome a él, tomaba su mentón pensando, mientras yo me sentía cada vez más mal que nunca. ¿Qué había sucedido con toda la tranquilidad que tenía?. ¿Qué no era suficiente con sentirme sola? Extrañaba a Michael más que a cualquier cosa en mi vida, eso no lo podía negar. El pasaba poco a poco a ser como una especie de ilusión, un espejismo, un sueño de esos a los que comienzas a olvidar, se iban evaporando cada uno de los detalles de él, quedándose anclado en mi corazón solamente aquel sentimiento que no sabría explicar, proyectado desde sus ojos oscuros hasta el fondo de mí ser.

¿Qué era en lo único que podía pensar?.

Ahora, en vez de vivir la vida, solo me limitaba a hacer mis labores diarias, caminando como zombie por aquí y por allá, intentando olvidar una parte importante de mi vida. Josh levó su vista, mirándome con determinación

-iré contigo- dijo, guardando la invitación a su bolsillo

-pero….-

-¡pero nada!-

Soltó una gran cantidad de oxigeno

-entiéndelo, no es buena idea que vayas sola, pretende otra cosa… lo sé, Janet me lo dijo-

Y allí iba otra vez, hablaba de ella y en sus ojos se divisaba un pequeño brillo, aunque su tono de voz era uno de enojo, pude percibir que moderó su voz al nombrarla. Aquel brillo hacían ver sus ojos mas decididos y un tanto extraños. Como los de un aventurero enamorado.

No pude replicarle mas nada, el testarudo mayor había hablado. El se encerró en su habitación, mientras que yo con mi mano buscaba el dije de el collar que Michael me había obsequiado. Observaba aquello que tenía escrito y que no sabía que significaba, atesoraba aquel objeto como el mismo grial. Pude oír de un momento a otros pasos dentro de mi habitación, corrí hasta la misma y entré.

La ventana estaba abierta.

Mis pulsaciones se aceleraron, mire hacia los lados buscando inconscientemente a algo que no supe que era hasta que miré sobre la mesita de madera que estaba junto a mi cama. Una rosa azul, posada con sumo cuidado. Abandonada como mi alma, solitaria como mi esencia. Perdida entre un mundo preestablecido por otros, y con sus días contados, destinada a marchitarse lejos de los besos de ágape, convirtiéndose en el dolor de una lágrima que eternamente recorre la mejilla de alguna ninfa de el bosque.

Aquel detalle era de Michael.

“Huele a ti en el ambiente”







Odio mi vida

No me puedo sentar todavía

Por un día más
He estado aquí esperando
Por algo para vivir y morir
Vamos a huir y escondernos.

Fuera de contacto
Fuera de tiempo
Perderme sin señas
Mientras te quedes a mi lado

En tú sombra puedo brillar...



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Gracias primero que nada, agradezco su paciencia y comentarios, y mas aun esa nueva noticia como lo es el MJ Fan-fics AWARDS ♥ y las nominaciones a esta novela, es algo que a decir verdad NO PUEDO CREER AUN, amo escribir, simplemente me dejo llevar por mi loca imaginación, y el que ustedes quieran tomarme en cuenta para dicho concurso es algo bastante hermoso para mí, Gracias Susie por la noticia, la verdad no sabes lo contenta que estoy con ello, y avergonzada a la vez, no creo que esté al nivel de las otras historias con las que 'compito', ya que la mayoría, son se chicas que lo hacen mucho mejor que yo. En fin, hablando de el capítulo, a decir verdad es el peor que he escrito en mi vida, lo siento latoso, y aburrido, sólo espero que sepan perdonar, estos días la escuela no me ha dejado tranquila en lo absoluto comenzaré a hacer el siguiente con mucho empeño para que les guste. Como ya he asomado por allí, ya estamos pisando los capítulos finales, sin embargo, si ustedes me lo permiten, traeré una nueva historia, :D

GRACIAS POR TODO

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Gracias por tomarme en cuenta, ¡que gane la mejor!.




"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a  Fracasar"

7 de noviembre de 2010

Alien... I Need U Love: XVI


Un mes y dos semanas. Esos serían en total 44 días sin saber nada de Michael o de Janet. De noches en vela y el tejer de una larga y fastuosa especie de tela que llevaba preocupaciones por aquí y por allá, haciéndome volar entre mis temores de vez en cuando, mientras buscaba soluciones o respuestas. Las preguntas siempre eran cada vez más, y las respuestas eran más escasas y no las correctas. Estaba confundida.

Aquella tarde cumpliría un mes de trabajar junto a Josh, en un trabajo que me iba de maravilla, sin embargo algo exigente, regresé en la tarde con mis hermanos, incluyendo a el intratable de Edward, que para mi sorpresa, hablaba animadamente con los chicos, caminábamos por las aceras de asfalto de aquella ciudad en aquella tarde de invierno. Katty parecía más tierna con todos sus abrigos.  Estornudé estruendosamente, algo que hizo que todos nos detuviésemos mientras yo tomaba mi cabeza, sentí una horrorosa punzada en mis sienes, mientras mi estomago se contraía.

-¡Eve!.... ¿te encuentras bien?- dijo Jouliane, asentí como lo pude, y después de aspirar una bocanada de aire levé mi vista hacia ellos.

-¿has tomado tu medicina?- me regañó Edward, Dios, no creí que eso de la medicina iba a comenzar a fastidiarme en sobremanera, nos analizaba como si fuésemos sus pacientes mas importantes.

-si lo hice- respondí –vamos, se hace tarde-
Continuamos el camino, al principio en silencio, sin embargo con el pasar de los minutos volvieron a hablar animadamente. Me sentí observada, si, justo como aquella vez en que caminaba sola en el bosque. Viré a veces de manera disimulada, pero no veía a nadie que me pusiese atención, sólo a: ancianos dándole comida a los pájaros, nada de niños en el parque y de pronto, la ciudad sola. ¿Porqué?.

-¿sabes algo a cerca de el cambio repentino de todo en la ciudad?, se que no es ‘Neverland’, pero aquí no era tan…. desértico…- le murmuré a Edward

-un tal Vladimir sustituyó a el alcalde- me respondió –desde que el pisó la alcaldía, esta prohibidas ciertas cosas en la ciudad-

-¿Qué lo sustituyó?... ¿Por qué razón?- le pregunté alarmada, esquivando a la poca gente que quedaba en la ciudad, iban acelerados, como si alguien les hubiese ordenado llegar pronto a sus hogares.

-hace un poco mas de un mes desapareció- me dijo, nos detuvimos en una de las tiendas, una de juguetes que frecuentaba mucho los niños, mientras ellos observaban los ositos de peluche, los trencitos y mas nosotros continuábamos advirtiendo todas y cada una de las extrañas nuevas circunstancias que se aparecían de pronto.

-¿y donde se supone que está?- pregunté, Edward rió como lo suele hacer cuando se burla de mí

-por algo digo que desapareció, nadie sabe que sucedió con el….- me dijo con tono sarcástico. -¡Por Dios Evelyn!, ¡esto sucedió el día de tu cumpleaños!-

Justo al momento en que Edward acabó su elucidación, volví a ver frente a mí la imagen e Michael desapareciendo por aquella enorme puerta, sin ponerme atención, en mis oídos se repetían haciendo eco sus pisadas alejándose, un circulo vicioso se vendría sobre mí; podía detectar como aquel sonido me arrastraba hacia un vacío, me quitaba la noción de el tiempo, arrastrándome sólo a una realidad en la cual no me quería postrar, ni mucho menos permanecer. Lo ví pronunciarme nuevamente “El alcalde”  su rostro preocupado y a la vez culpable.

Lo vi abrazándome otra vez para luego arrancarme los latidos me mi corazón de un solo jalón y sin anestesia.

-¿Conoces a mas niños?- oí que le decía la amable encargada de la tienda a Katty

-si…¿por?-

Giré mi vista a observar como los niños y Edward hablaban con la mujer de el lugar, me sentí como un fantasma flotando entre la atmosfera, me sentí invisible, observando aquella escena sin ser percibida por los demás

-tendré que cerrar la tienda, así que quiero regalar todo esto- dijo la dueña de la juguetería

Caminábamos de regreso nuevamente, ¿cerrar la tienda?, si, resulta que jugar en el parque e ir a comprarte un juguete en la tienda estaba prohibido, ese sólo era un pequeño abreboca a las miles de fanfarronadas nuevas en las ‘leyes de la ciudad’.


-Si Michael estuviese aquí no permitiría esto- dijo Katty de pronto, abrazando a el enorme oso de peluche de color rosa claro que le habían obsequiado

-No mezcles las cosas Katty, son dos cosas muy distintas, ¿Qué podría hacer el?- le respondió Edward, a veces sus reflexiones herían, tanto como la mentira

-quizás Katty tiene razón- dijo Jouliane –Eve…- viró su vista hacia mí

-¿Qué-que sucede?- tartamudeé, regresando de pronto de quien sabe donde

-Josh dijo que él estaba contigo ese día… ¿Qué fue lo que sucedió?- ella dio justo en el clavo que no quería martillar. ¿Cómo iba a lograr saberlo?, se dio a la tarea de ocultar todo, y eso quizás era lo que más me dolía en aquellos instantes.

-no puedo decirte nada, porque no sé nada- respondí, después de pensar bien lo que diría –niños, necesito que dejen de hablar de él con tanta naturalidad, no es buena idea- añadí

-¿por qué habría de ser mala idea?- Petter tan perceptivo como siempre cuestionaba lo que trataba de decirles, suspiré bajamente antes de responder

-es un favor que me pidió, olvidémosle… el…quizás…. Está en… un lugar mejor-
¿Olvidarle?, eso iba a ser tan imposible como mezclar agua con aceite, les pedía algo que ni yo misma podía hacer realidad. Los chicos me miraron con aquella mirada de reproche y enojo que tanto odiaba, y no por ellos, si no por mí misma, finjo ser autosuficiente, que puedo llevar todo sin problemas…. Pero mírenme….

-Sólo hay que…. Procurar…. Olvidar el tema- finalicé, acortando la distancia que tenía a casa a paso firme. Abrí la puerta y después de correr detrás de mí los chicos entraron. Katty dejó su enorme peluche sentado en la cocina, y junto a Ed Pet y Jou corrió escaleras arriba

-¡Cámbiense el uniforme y si quieren se ducha!- les grité para que me escucharan –ya la comida estará, creo que les tendré un poco de postre-
Todos me respondieron afirmativamente.

Cuando entré a la cocina y observé el peluche me acerqué a el, acaricié su cabeza, pensando en todo lo sucedido. “Debo ser fuerte”, me dije a mi misma, en un susurro, completamente convencida de que mi vida debía seguir adelante. ¿pero que era aquello que me hacía sentir así?... No era miedo, ni algo parecido, pero tampoco alegría o tranquilidad… Había algo mas, algo que era como un malévolo virus que se apoderaba de mi cuerpo, paseándose junto a mi sangre, arrebatándome el oxigeno y las sonrisas.

¿Existirá algún antídoto?

Tocaron la puerta de la casa, los chicos quizás bajarían así que dejé al peluche de un lado, caminando hacia la nevera a sacar la comida para llevarla al horno. La puerta seguía insistiendo y no había señales de los chicos.

-vaya… ¿Qué les quitaría bajar a ver quién era?- me quejé mientras caminaba hacia la puerta. Cuando la abrí la puerta agradecí el que no se hubiesen siquiera aparecido por las escaleras. El recién llegado de cabellera y ojos oscuros de quien hablábamos cuando veníamos a casa me miraba fijamente, con una pequeña sonrisa hipócrita y ojos llenos de desición

-siento importunarla mi lady- dijo haciendo una pequeña reverencia –soy Vladimir, quisiera hablar con usted-

¿Qué hace  aquí y porqué quiere hablar conmigo?

Seeeh, este vendría siendo Vladimir 



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Gracias otra vez por todo, ¡Gracias por sus comentarios y apoyo!
Bueno, aquí el nuevo capitulo, un poco fastidioso quizás, pero importante
ya que estamos casi en la recta final, nuestra historia casi acabará! (:
Gracias por tercera vez, las quiero!

It's all 4 L.O.V.E.

"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"