Alien... I Need U Love; Capítulo 05:
Peligro -Parte II-
Era una chica malcriada que abrió la puerta a un desconocido y que ahora estaba atemorizada, me sentía como una pequeña oruga en peligro de un adolescente estúpido a punto de lastimarla. Mis temblores eran tales que mi vista de volvía borrosa, y dolía mi cabeza y ojos, mientras que mis lagrimas hacían surcos en mis mejillas.
Estaba perdida.
Aquel que me acechaba estaba cerca de mí, viéndome fijamente a los ojos: con una mirada que hacia que sintiese indefensa. Levantó su brazo, su traje brilló junto a la luna, y dejó divisar entre su piel, varios anillos entrelazados en sus dedos azulados…. Deslizó lentamente su mano en mi mejilla… Su fría piel era como el granito del suelo, que me transmitía un frío insoportable al tocarlo, acompañado con una sensación de repulsión e incomodidad. Mi piel se erizó, el solo pronunció:
-No se que ve en una chiquilla humana como tú- su aliento era fuerte, tenía la sensación de que olía a sangre, y que provenía de su inhumana respiración. No entendí aquellas palabras, no entendí a quien se refirió.
Mi cuerpo despreciaba con sumo horror el tacto de su desagradable piel contra la mía, mis ojos deseaban cerrarse para nunca volver a ver aquellos ojos que parecían ser llamas furiosas que me quemarían, pero algo me decía que si los cerraba, me atacaría, que el final vendría mucho mas rápido, acarició un mechón de mi cabello, y volvió a reir
-nos divertiremos- añadió, pero… Todo fue tan rápido como siempre, apenas percibí como a mi nariz llegaba un olor a jazmín, algo me impulsaba con delicadeza y rapidez combinadas hacia atrás y la línea de unión de aquella desagradable mirada con la mía desapareció. Parpadeé perpleja.
-¡Michael!- exclamé al notar que se trataba de mi salvador particular. No recibí respuesta, sólo se encontraba firme al frente de mí. Indicándome con su brazo izquierdo extendido hacia atrás que debía separarme y con su otro brazo dándole un ademán de distancia también a aquel horrible ser.
Parecía que yo era la presa, y que un leopardo peleaba contra una pantera por dicho alimento. Oía sus horribles gruñidos, que hacían eco en la tenebrosa y fría atmosfera, mientras el dióxido de carbono que yo exhalaba se volvía oxigeno con las hojas de los árboles.
No me fue necesario mirarle al rostro para percibir su furia, era como si emanaba gigantescas cantidades de adrenalina de los poros de su piel, aunque estuviese un poco mas tranquila al verle allí algo dentro de mí me decía que había algo mal. Podía oír los latidos apresurados de mi corazón como si estuviesen en mis oídos
-¿estas asustada?- rió lentamente aquella voz, mi cuerpo volvió a temblar. Aunque estuviese el como escudo mi terror aumentaba sólo al recordar que ese estaba ahí presente.
¿Quién rayos era?
Cerré mis ojos con fuerza, me tomé la cabeza con ambas manos
-¡Ya basta!- lloré, no pude evitar inundarme en lagrimas, y temblar como desquiciada, tenía muchísimo miedo. Un fuerte golpe me lanzó contra el sueño, mareada y confundida abrí un ojo, intentando localizar a Michael. Pude ver que peleaba, un puño golpeó a aquel ser, dio uno mas que quedó al aire, al notarlo intentó hacerse para atrás, vi como levito con rapidez ¿Estaba acaso alucinando?.
No, Michael se incorporó y se puso en posición de pelea, su mirada estaba furiosa, no dejaba de ser una mirada dulce y tímida, pero eso era lo que mas me impresionaba. Se que me contradigo a mí misma al decir esto… pero es difícil de explicar, aquellos ojos no se pueden explicar con palabras… Solo habría que alegar que yo pensaba en con sus ojos mientras quizás estaba al borde de la muerte.
Toqué nuevamente fondo, quizás por ser tan despistada estábamos ante aquella pavorosa realidad. Todo me daba vueltas aun, mientras gruñía, el sujeto de piel azulada se fue sobre Michael, fue cuando noté que su brazo pálido estaba manchado de rojo escarlata, un nudo se formó en mi garganta, estaba herido.
Apretó el cuello de Michael, lo levantó del suelo sin mucho esfuerzo, mientras en intentaba librarse desesperadamente con sus brazos.
-E-E-velyn…co-co-rre- exhaló con gran dificultad, abrí los ojos mas de lo normal, con un esfuerzo casi nulo me levanté del suelo, di dos pasos hacia atrás… Pero me era imposible siquiera razonar, creo que aun lloraba, mientras mi cuerpo temblaba. Me sentí como una traidora, todo era por mi culpa, el estaba en esa situación por mí.
Deliraba ahí parada, no podía huir.
-esta bien niña… te puedes ir- me miró aquel ser nuevamente a los ojos –cumpliste tu prometido… ahora porfin me desharé de él-. Volvió a mirar a Michael, una cubeta de agua fría me empapó. Era la triste y mediocre realidad: me habían utilizado y por mi terquedad aquel estaba en peligro, sentí rasgado mi corazón, el oxigeno se terminó.
Sentí que todo se me alejaba, no podía escuchar, me encontraba como en shock. Ya no oía gruñidos, ni sentía frío, no olía aquel endemoniante olor a jazmín… El movió su brazo y una extraña luz plateada con destellos dorados se fue contra el gran sujeto, provenía de su pálida mano, el ser gruñó, pero aun así seguía con su acción. Noté que quería extender su brazo para alcanzar… ¿la rama de un árbol?
Era puntiaguda, peligrosa ya que su fina punta podía herir a cualquiera. Creí entender. Volví a voltear hacia el extraño ser, volví a contemplar sus colmillos.
-¡Eve-lyn….co-correee!- gritó nuevamente Michael, y lo hice, corrí… Pero hacia la gran rama, con fuerza intenté arrancarla, mis manos se lastimaban, pero necesitaba intentar sacarla de ahí. Finalmente cedió y me incorporé con velocidad, corrí hasta donde estaba Michael y me abalanceé sobre el de piel azulada.
Volví a sentir un golpe, Michael me quitó la rama y lo atacó justo en la parte izquierda del pecho, me tomó con firmeza del brazo y me lanzó en su espalda, volvimos a volar hacia su mansión.
Fue rápido, estaba embrollada, era demasiada información en poco tiempo. Llegamos al balcón en cuanto me incorporé me lanzó nuevamente hacia atrás, dejándome contra la pared
-¿¡Me puedes explicar que hacías caminando sola en el bosque!?- gritó enojado, pero aun conservaba el respeto que me tenía. No sabía que responder
-¡Estabas en peligro!... Me haz decepcionado, creí que entendías que no debías andar por ahí sola- añadió, me apretó con ‘suavidad’ hacia atrás. Sus brazos estaban apoyados en mis hombros, estaba encarcelada bajo su mirada oscura.
Bajé mi vista
-¡Mírame!- insistía, yo aun no podía verle a los ojos, no sabía que manifestar.
-Evelyn… mírame- me dijo, pero con tono mas sosegado –mírame cuando te hablo- completó casi en una súplica.
-lo siento- solté, y rompí en llanto
-¡No llores!... o me enojaré contigo- dijo, limpió la lagrima de mi mejilla, haciendo que mis ojos buscasen a los suyos casi por instinto, como si fuesen un par de imanes.
-lo siento.- repetí, y sonrió medianamente
-no puedo siquiera idear que nada te suceda, me exaspera el solo pensar que estabas al borde de la muerte- ¿a que se refiere?... el que estuvo casi al borde de la misma fue él, y por mi maldita culpa. Parecía estar leyendo mis pensamientos, pues negó con la cabeza
-eres terca, pero esa no es la razón- masculló. Yo solo quedé impresionada. Y fue cuando lo distinguí, estaba a escasos centímetros de mi rostro, su respiración rozaba contra la mía, haciéndome sentir con mas intensidad aquel olor que comenzaba a volverme loca.
Me puse nerviosa, no puedo negarlo.
Era como una especie de éxtasis, sus ojos me miraban con un ‘brillo especial’. De por sí ellos ya brillaban de mirada especial, pero yo podía sentir que ese brillo era sólo para mí. Sus dedos se deslizaban sobre mi mejilla, jugando con mi piel. Prosiguió su camino hasta que rozó tácitamente mis labios. Una onda eléctrica atacó mi medula espinal, mi corazón brinco de su puesto, los nervios me consumieron
-no vuelvas a hacer eso, ¿ok?- musitó, y besó mi mejilla, muy cerca de mis labios.
Después de semejante acción, percibí como cerraba un ojo, y gemía de dolor, calló de rodillas librándome de aquella cárcel que me comenzaba a gustar, fue cuando recordé
-Michael… ¡Estas herido!- exclamé.
"El Único Obstáculo entre tu sueño y tú es: El Miedo a Fracasar"